sábado, 23 de agosto de 2008

COATEPECANOS ILUSTRES

A tí paisano y a tí avencidado:

Te llamo a honrar la Memoria de los Coatepecanos Ilustres.

Te invito a conocer las obras de nuestros personajes. A que sea el reconocimiento de su vastísima herencia, una forma leal de agradecerles que esta tierra, siempre mágica que hoy disfrutamos, siga latiendo cada día con más fuerza en nuestros corazones.

Este apacible terruño que hoy disfrutamos, surge del arduo esfuerzo y mayor ingenio, de quienes merecen ser recordados como “Beneméritos de Coatepec” Cura y/o Capitán  Dn. Pedro Jiménez del Campillo y el Gobernador de Indios Dn. Luís de San José, personajes ambos que, al materializar la Ordenanza Real de fundar y disponer los emplazamientos, calles y solares para la congregación de indios y cristianos, establecieron en torno de su Parroquia al pueblo de San Jerónimo Coatepec; siendo así, que esta comunidad nace en libertad sumando a su destino, el privilegiado entorno del clima, tierra, bosque y ríos excepcionales.

Así, a partir de este fundacional acto debe apreciarse el carácter de otros tantos personajes populares y casi anónimos, que impuestos en su gustosa tradición familiar y de generación en generación, han mantenido en altísimo valor la celebración patronal a San Jerónimo. Reconózcanse por esto en lo debería ser “La Orden de Mayordomos, Danzantes y Arqueros Tradicionales de San Jerónimo Coatepec” incluyendo en ella a todas sus familias de los originales Barrios de Arteaga, Hernández y Hernández, Quintana Roo y Javier Mina. Resultando con ello como  vivos ejemplos de nuestra poderosa herencia cultural. ¡Bien por aquellos originales pobladores que mágicamente supieron conjuntar en una sola tierra, al mítico Cerro de la Culebra náhualt con la consagración parroquial a un fundador de la Iglesia católica, Eusebius Hieronymus Sophronius, San Jerónimo! Y ¡bién por Dn. José Ortiz, que debe ser reconocido “Ilustre Agrimensor de Coatepec” quién con tanta sabiduría y fortuna, hizo los trazos del pueblo para heredarnos la sintonía maravillosa de luces, vientos y aguas en esta tierra.

Con igual fortuna, desde tiempos de la Nueva España, otros nativos excepcionales deben ser recordados como “Hijos Predilectos de Coatepec” ellos: Dn. Juan Manuel Oliván Rebolledo, Jurisconsulto, Oidor de Guadalajara, Gobernador y Capitán General de Tejas y, Dn. José Cosme Damián Ortiz de Castro, inspirado, diestro y genial Maestro en el Noble Arte de la Arquitectura y celebrado encargado para la terminación de la Catedral de la Ciudad de México. Ambos americanos que supieron encumbrarse a la altura de su tiempo y aportar de forma cultural y material a la simiente de nuestra nación mexicana.

Con el mismo espíritu, y llevado al extremo de vida o muerte, en los primeros años de la vida independiente de la nación mexicana, otro coterráneo que debe ser recordado como “Coatepecano Ilustre y Defensor de la República”, el Teniente Coronel Dn. Juan Clímaco Rebolledo, supo ponerse al frente de sus paisanos en ocasión de la defensa de la invasión norteamericana de 1847 y así, además de participar en la defensa del Puerto de Veracruz encabezó la temeraria guerra de guerrillas en el centro del Estado. Muy justo resulta recordar que a los méritos de campaña de aquellos valerosos hijos Coatepec, nuestro pueblo debe su reconocimiento a Villa en 1848.

Desde el alto rasero de sus luces y por sus contribuciones a la reforma educativa del siglo XIX, debieran ser reconocidos: como "Hijo Adoptivo y Mentor Emérito de Coatepec” Dn. Carlos A. Carrillo, cordobés, quien conjuntamente con quien merecido debe llamarse “Hijo Predilecto de Coatepec” Dn. Antonio Matías Rebolledo, editor e impresor con su taller “El Album”, conjuntaron sus pasiones para impulsar la producción de libros y materiales pedagógicos, como las revistas “El Instructor de los Niños” y los primeros números de “La Reforma de la Escuela Elemental”, publicaciones ambas de un gran aporte a la formación docente de la época.

En términos similares, ya en el siglo XX debe recordarse como “Hijo Predilecto de Coatepec”  a Dn. Joaquín Rámirez Cabañas, periodista, literato, historiador y educador de la Escuela Nacional Preparatoria, cuya obra historiográfica de amplitud insospechada dejó los mejores cimientos del estudio moderno de la historia.

Singular reconocimiento merece la única y formal “Hija Predilecta de Coatepec” Maria Enriqueta Camarillo y Roa de Pereyra, resultando de la mayor conveniencia enaltecer su obra promoviendo la creación de un premio literario que se llamara “Galardón Maria Enriqueta, Gloria de las Letras” a ser otorgado por concurso entre los estudiosos de su obras de un lado y de otro, a nuevos valores literarios. Más aún, y para profunda motivación de la generaciones actuales, a todas las escuelas de la municipalidad debiera hacérseles solemne entrega del facsímil del Título de Hija Predilecta, mismo que le fuera otorgado en 1948 por mandato popular de su natal Coatepec.

Otra mención especial merece el “Hijo, Benefactor y Cronista Primordial de Coatepec” Párroco Dn. Antonio Mateo Rebolledo, quién en 1864, de primera mano en sus “Apuntes históricos y geográficos de la Villa de Coatepec”, relató orígenes y dimensionó orgulloso la prosperidad agrícola de su terruño, así como la felicidad que reflejaban sus pacíficos pobladores. Siendo además que su vida la consagró a multitud de obras materiales y espirituales con el entusiasta concurso de sus paisanos.

No menos importante resulta distinguir como “Cronistas Eméritos de Coatepec” a quienes con sus obras, vienen a conformar la “Bibliografía Fundamental de San Jerónimo Coatepec”, entre ellos: Lic. Dn. Darío Rebolledo por su publicación “Coatepec, Intelectual. Agrícola, Industrial y Comercial”, 1908 que describe la riqueza natural y potencial de esta tierra inscrita en la modernidad Porfirista de la época. Al Sr. Félix C. Sánchez por su cuadernillo “Apuntes de Coatepec”, 1927, edición doméstica y descripción costumbrista y rica en detalles del solar donde se fundó a San Jerónimo Coatepec.  En similar tenor debería reconocerse al  CPA. Silvano García Guiot quien dejó estupendas investigaciones biográficas como la de Juan Clímaco Rebolledo y su trabajo sobre las imprentas de Coatepec. Así mismo debiera otorgársele un trato reconocido a la  Maestra Soledad García Morales, por su espléndida publicación “Coatepec” Cuaderno No. 3 de la Serie Veracruz: Imágenes de su historia, 1989. Cuyos textos y selección cuidadosa de materiales e imágenes fotográficas del Archivo General del Estado dan cuenta de la nuestra tierra desde que fue erigida en Villa.

En este apartado de la cultura, llamado mayor merece quien debiera ser “Hijo Adoptivo y Cronista Emérito de Coatepec” Dn. Leonardo Pasquel, xalapeño de nacimiento, por su trabajo en la que hoy sigue siendo la más vasta enciclopedia, su “Revista Jarocha No. 18 dedicada al Ex -Cantón de Coatepec, precisamente publicada un 18 de abril de 1962, empresa donde sumó a  otros “Coatepecanos Ilustres”  como lo deben ser: Prof. José Moreno Guzmán a y el Pintor Enrique Gregorio Zoza,  además de, quién también debiera ser recordado como “Hijo Adoptivo y Benefactor de Coatepec”  Arq. Armando Bravo Ramírez. Paisanos todos a quienes el propio Pasquel cita de entrada para agradecer su entusiasmo y cooperación.

En abono a los méritos sobrados de Dn. Leonardo Pasquel, debe citarse su publicación del libro “Coatepec”, Colección Suma Veracruzana, Editorial Citaltepetl; mismo que reproduce el trabajo de Mateo Rebolledo, entre otras interesantes informaciones.

Como cívica propuesta a mis paisanos y con el corazón al frente les digo: bien valdría homenajear a estos “Coatepecanos Ilustres” promoviendo el acopio, exhibición y reproducción facsimilar de sus obras y registros; esto para incremento del tesoro de todos los hogares coatepecanos de hoy y obligado estudio de su valor y crecimiento.

Hay otros personajes de lejanas latitudes que se han maravillado de esta tierra y lo han prrgonado a los cuatro vientos: en gratitud merecen agregarse como “La Hermandad de Visitantes Ilustres de Coatepec”, como es el caso de Dn Manuel Payno, capitalino, célebre literato y político reformistas, que en 1843 dejó constancia en su correspondencia con Dn. Guillermo Prieto, al anotar:

“...Está decidido que todos los días reciba yo una nueva sorpresa, y un motivo de placer y emociones. Acabo de llegar a Coatepec y otros puntos cercanos, donde he vagado tres días lleno de felicidad. No creía yo que se necesitase tan poco trabajo para conocer el paraíso…”

En términos similares habría que referir al “Ilustre Visitante de Coatepec”, el Poeta Rubén Darío, nativo de la provincia de Matagalpa, Nicaragua, diplomático, periodista y celebrado poeta del Modernismo de inconmensurable valor, y que, siendo frustrado representante de su país a las Fiestas de Centenario de 1910, para nuestra fortuna nos ligó a su biografía con visita que entonces hiciera a Coatepec.

Queridos paisanos y amigos avecindados, RECONOCER Y HONRAR A TODOS NUESTROS “COATEPECANOS ILUSTRES” debe ser un primer paso para preservar el linaje de nuestra identidad y la riqueza de nuestra herencia cultural. Así, al restaurar su lustre, con mayor orgullo podremos reflejarnos en el justo valor de nuestra cotidianidad y gustosos compartirla a nuestros hijos, con México y al mundo entero.

Y aquí es preciso acotar que gracias a nuestros “Coatepecanos Ilustres”, y muy por encima, nuestro terruño siempre ha traspasado sus límites, haciendo de la  destacada presencia de ellos y sus obras en el mundo, nuestro motivo de orgullo. Así bien vale la pena considerar una política municipal para pulir ese brillo y, en su caso amacizarlo con el,  “Hermanamiento de Coatepec a otras Ciudades” siendo de iniciar con aquellas ciudades y pueblos, donde los hechos y obras de nuestros Coatepecanos Ilustres nos une e identifica.  De este modo los intercambios deberán consignarse en Solemne Acuerdo de Cabildo y siempre surgidos en los consensos populares convenientes; para que cada placa, calle, solar, sitio, monumento y museo, resultante nos signifique un diario y motivador encuentro con la gloria heredada.

A mayor abundamiento, es de estimarse que sea el rescate y honra de los méritos consignados en la crónica  municipal,  el puntal cultural para proyectar una nueva vocación de mutuo provecho socio-cultural y del desarrollo turístico del Coatepec actual en orden con el de mañana.

A manera de aclaración debe decirse que, por supuesto, la lista de “Coatepecanos Ilustres” y sus obras es mucho más rica y larga. Solo por mi ignorancia ésta se ha acotado a algunos personajes,  cuidando que sus méritos y el tiempo los han colocado en la gloria de manera indiscutible. Sin embargo, dicho sea en justicia, es precisos promover mayores estudios y consensos para lo que debiera ser un“Reglamento Municipal de Honores y Distinciones” que pudiera establecer tanto un rasero como un hilo conductor para apreciar la más objetiva valoración nuestros personajes y sus obras.

Ojala que sea esto y partir de hoy, una primaria tarea de todos los Coatepecanos.

Que sea para bien.