miércoles, 6 de octubre de 2010

sábado, 1 de agosto de 2009

Trascendencia de la obra de José Damián Ortíz de Castro. Maestro Mayor de la Catedral de México, 1787-1793.


Por J. Martín Blásquez Ojeda.

El próximo 13 de Agosto, el Dr. en Arq. Xavier Cortés Rocha, tamaulipeco y reconocido académico, actualmente a cargo de la dirección general de Sitios y Monumentos del Patrimonio cultural del CONACULTA, presentará el libro “José Damián Ortíz de Castro” compendio de nueve estudios críticos de la obra del Ilustre Coatepecano. El escenario será una sesión pública del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, sito en Av. Constituyentes No. 800 Col. Loma Alta. Delegación Miguel Hidalgo. Teléfono (55) 5570 0007.

El lujoso libro, de 181 páginas ricamente ilustrado y con tiraje de 1,000 ejemplares, ya está a la venta por internet en el portal CONACULTA- EDUCAL, y en la tienda instalada en el Museo de Antropología de Xalapa, así como en su Stand de la Feria del Libro Infantil que ahora mismo se lleva a cabo en el Colegio Preparatorio de Xalapa.

De la Introducción de este libro, destaca el elogio de José Narro Robles, Rector de la UNAM:

“…orientaron su planes de investigación a estudiar la relevancia de José Damián Ortíz de Castro en el ámbito arquitéctonico del siglo XVIII, motivados por el hallazgo de una “caja del tiempo” que fue depositada en la torre oriente del complejo catedralicio para celebrar la culminación de la construcción de esta torre en 1791,…” y agrega: “…Con este documento se abre un panorama, antes no explorado, mediante el examen y difusión de las aportaciones del arquitecto veracruzano a la cultura arquitectónica y constructiva de la Ciudad de México y, en general del virreinato. De esta forma se da cuenta de una época con numerosos ejemplos de la capacidad creadora del mexicano, de su tenacidad para conservar su esencia, al tiempo que acepta lo ajeno y lo enriquece con un sello profundamente nacional.”

Brillante resulta el trabajo “La Nueva España en la segunda mitad del siglo XVIII. Momento de contructores de luminosidades” de la Dra. en Historia del Arte por la UNAM, Elisa Garcia Barragán, al presentar un estudio contextual del estado de las artes y ciencias en la Nueva España, de donde, y a partir de las primerísimas investigaciones de Don Manuel Toussaint, puede apreciarse la trascendencia y genialidad de Ortiz de Castro con su obra maestra: el diseño y construcción de la fachada y torres para la terminación de la Catedral de la Ciudad de México.

Debe señalarse a que esta especialista se debe la “Exposición José Damián Ortiz de Castro” misma que exhibió el contenido de la “Caja del Tiempo” y destacó la aportación del Ilustre Coatepecano en la arquitectura de Novo Hispana; evento que estuvo abierto entre noviembre del año pasado y marzo reciente en la nueva Sala de Exposiciones de la Antigua Tesorería de Palacio Nacional.

Enseguida, en minuciosa cuanto documentada investigación, “José Damían Ortíz de Castro. El maestro mayor de arquitectura”, la académica Martha Fernández detalla el origen del nombramiento, requisitos y privilegios y obligaciones de los maestros mayores de arquitectura durante la época Virreinal, destacando como a base de méritos incuestionables, el joven americano escaló al más alto reconocimiento de su tiempo.

Otros capítulos: “José Damián Ortíz de Castro en el Palacio Nacional” a cargo de Mónica Cejudo Collera y “José Damián Ortíz de Castro en la Academia de San Carlos” a cargo de Ignacio Salazar Arroyo; ambos, documentan otras no menos trascendentes obras del Ilustre Coatepecano, de entonces 22 años de edad, como lo fueron sus trabajos para la Casa de Moneda y después como estudiante y después como maestro de mérito en la Academia de San Carlos. De estas investigaciones se destaca su fraternal relación con quienes, de seguro fueron sus descubridores y mentores, los peninsulares: Don Jerónimo Antonio Gil, Grabador Real en la Casa de Moneda, impulsor y a la postre Director Perpetuo de la Real Academia de San Carlos de la Nueva España en las Nobles Artes de Pintura, Escultura y Arquitectura y, al mismo tiempo el Coronel de Ingenieros y Geógrafo Don Miguel de Constanzó, ilustrado militar que modernizó la administración y defensa del territorio de la Nueva España con infatigable impulso a tantas obras de infraestructura y urbanísticas en el territorio de la Nueva España como de la Ciudad de México.

“El Arquitecto José Damián Ortíz de Castro y la catedral de Tulancingo” es otro estudio de Luís Ortíz Macedo, que refiere la genial solución que en 1788 aportó su proyecto de remodelación de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, sobre el edificio erigido originalmente en 1528 en aquella ciudad Hidalguense.

El capítulo central del libro, la investigación “José Damián Ortíz de Castro, Arquitecto de las torres de la catedral de México” de Xavier Cortés Rocha, inicia citando una apreciación de Don Manuel Toussaint: “Astro fugaz en nuestra historia artística y sin duda el más notable arquitecto mexicano de su época.” Para resaltar de suyo con relación a su declaración de origen: “…natural de pueblo de San Gerónimo Coatepec, Jurisdicción de Xalapa.” precisamente: “según lo afirmó él mismo al pie del plano del proyecto para la fachada y terminación de la torres de las torres de la Catedral de México…” Y a continuación en este capitulo pasa a referir los detalles de su propuesta de nuevo estilo como proyecto de terminación de la magna obra, iniciada desde el siglo XVI y, al mismo tenor se admira de los escrupulosos presupuestos y administración de la construcción, según documentos hoy existentes en los archivos de Catedral a los cuales tuvo acceso.

Otra investigación titulada “Arte y Geometría en el diseño de las torres de la catedral de México” de la autoría de Fernando Pineda Gómez y Fernando López Carmona, apoyados con planos del muy reconocido Agustín Hernández, refieren el docto conocimiento de Ortíz de Castro para crear y edificar las torres y su remates en forma de campana, así como su escalera interior de cedro, dado que la obra fue única en Ámerica así como la de mayor altura de su tiempo. Los sustentantes refieren los problemas de estabilidad del edificio siendo que éste se desplantó en suelo blando y las propuestas para el aligeramiento de las torres respetando su armonía y proporciones con lo construido hasta esa fecha. En su apartado “Geometria de la campana” los autores presentan una apreciación técnica que da cuenta de la sorprendente solución a partir de trazos con la elipse excéntrica, así como la maestranza desarrollada en la técnica constructiva de estereotomía.

En otro capitulo magistral “José Damián Ortíz de Castro, Maestro mayor de la catedral metropolitana de la ciudad de México”, el Ing. Roberto Meli Piralla y Abraham Sánchez Ramírez, expertos ingenieros estructuralistas, analizan como el Ilustre Coatepecano, aplicando su talento e ingenio, logró “…no solo una fina arquitectura, sino resolvió múltiples detalles estructurales y constructivos…” “…al proyectar y construir dos poderosa torres sobre una estructura que ya tenía hundimientos y daños importantes…” Así relatan una detallada e ilustrada descripción de las estructuras de las torres, y sus se sorprenden del avanzado uso de cinturones de hierro para la estabilidad de los conjuntos de columnas y escaleras helicoidales de piedra labrada y las superiores de madera. Y continúan con un estudio de comportamiento estructural del edificio, particularmente sorprendidos de la solución al anclaje de las esferas o globos del remate; ambos exámenes ricamente ilustrados.

Cierra este libro, compendio de destacados estudios, “Un acercamiento a la maestría de José Damián Ortíz de Castro. La restauración de los remates de las torres de la catedral de México” de la autoría de Julio Valencia Navarro, quien por el CONACULTA – y de conjunto con el INAH y el Arzobispado- ha tenido a su cargo las obras de restauración de la Catedral actuales. Su trabajo da cuenta del estado de conservación previo a los procesos de conservación para pasar a detallar, desde el sistema de andamiaje que se requirió, el análisis de materiales pétreos, hasta el desmontaje de la esfera y su cruz de remate de la torre oriente.

Testigo de los hechos, Valencia Navarro brinda detallada descripción del episodio vivido aquella tarde del 22 de octubre del 2007, donde a las 16 horas, se dá el hallazgo de “Caja del Tiempo”, fechada en “Mayo 14 de 1791” y que de sus manos depositara ahí Don José Damián Ortíz de Castro, Gloria de la Arquitectura Mexicana e Ilustre Coatepecano.

Y cierra su narración y el libro, relatando el cuidadoso protocolo de apertura así como el inventario y descripción fotográfica del tesoro hallado en la pequeña caja de madera revestida de plomo, agregando el dato de la reposición con una sustituta y moderna caja del tiempo. En apartados subsecuentes, Valencia Navarro agrega que en la restauración del remate al estilo original solo se repusieron aquellos materiales degradados que perdieron su funcionalidad al paso del tiempo, incluidos los grupos escultóricos como guirnaldas y escudos, señalando que en todo caso, se han aplicado los tratamientos de consolidación química pertinentes a la obra.

Sin duda “José Damián Ortíz de Castro” es una obra literaria y testimonial que no debe faltar en la cultura Coatepecana, para conocimiento y orgullo de generaciones presentes y futuras.

El evento próximo de presentación de este libro “José Damián Ortíz de Castro. Maestro Mayor de la catedral de la ciudad de México, 1787-1793” trae a mi memoria el mensaje Agustín Hernández, celebrado arquitecto mexicano contemporáneo y conferencista invitado al 50avo. Aniversario de la Facultad de Arquitectura de la UV el pasado 10 de noviembre del 2006, cuando reclamó para el Ilustre Coatepecano, la creación de la Cátedra Magistral con su nombre y el merecidísimo homenaje del gremio veracruzano. Que sea para bien.

sábado, 23 de agosto de 2008

COATEPECANOS ILUSTRES

A tí paisano y a tí avencidado:

Te llamo a honrar la Memoria de los Coatepecanos Ilustres.

Te invito a conocer las obras de nuestros personajes. A que sea el reconocimiento de su vastísima herencia, una forma leal de agradecerles que esta tierra, siempre mágica que hoy disfrutamos, siga latiendo cada día con más fuerza en nuestros corazones.

Este apacible terruño que hoy disfrutamos, surge del arduo esfuerzo y mayor ingenio, de quienes merecen ser recordados como “Beneméritos de Coatepec” Cura y/o Capitán  Dn. Pedro Jiménez del Campillo y el Gobernador de Indios Dn. Luís de San José, personajes ambos que, al materializar la Ordenanza Real de fundar y disponer los emplazamientos, calles y solares para la congregación de indios y cristianos, establecieron en torno de su Parroquia al pueblo de San Jerónimo Coatepec; siendo así, que esta comunidad nace en libertad sumando a su destino, el privilegiado entorno del clima, tierra, bosque y ríos excepcionales.

Así, a partir de este fundacional acto debe apreciarse el carácter de otros tantos personajes populares y casi anónimos, que impuestos en su gustosa tradición familiar y de generación en generación, han mantenido en altísimo valor la celebración patronal a San Jerónimo. Reconózcanse por esto en lo debería ser “La Orden de Mayordomos, Danzantes y Arqueros Tradicionales de San Jerónimo Coatepec” incluyendo en ella a todas sus familias de los originales Barrios de Arteaga, Hernández y Hernández, Quintana Roo y Javier Mina. Resultando con ello como  vivos ejemplos de nuestra poderosa herencia cultural. ¡Bien por aquellos originales pobladores que mágicamente supieron conjuntar en una sola tierra, al mítico Cerro de la Culebra náhualt con la consagración parroquial a un fundador de la Iglesia católica, Eusebius Hieronymus Sophronius, San Jerónimo! Y ¡bién por Dn. José Ortiz, que debe ser reconocido “Ilustre Agrimensor de Coatepec” quién con tanta sabiduría y fortuna, hizo los trazos del pueblo para heredarnos la sintonía maravillosa de luces, vientos y aguas en esta tierra.

Con igual fortuna, desde tiempos de la Nueva España, otros nativos excepcionales deben ser recordados como “Hijos Predilectos de Coatepec” ellos: Dn. Juan Manuel Oliván Rebolledo, Jurisconsulto, Oidor de Guadalajara, Gobernador y Capitán General de Tejas y, Dn. José Cosme Damián Ortiz de Castro, inspirado, diestro y genial Maestro en el Noble Arte de la Arquitectura y celebrado encargado para la terminación de la Catedral de la Ciudad de México. Ambos americanos que supieron encumbrarse a la altura de su tiempo y aportar de forma cultural y material a la simiente de nuestra nación mexicana.

Con el mismo espíritu, y llevado al extremo de vida o muerte, en los primeros años de la vida independiente de la nación mexicana, otro coterráneo que debe ser recordado como “Coatepecano Ilustre y Defensor de la República”, el Teniente Coronel Dn. Juan Clímaco Rebolledo, supo ponerse al frente de sus paisanos en ocasión de la defensa de la invasión norteamericana de 1847 y así, además de participar en la defensa del Puerto de Veracruz encabezó la temeraria guerra de guerrillas en el centro del Estado. Muy justo resulta recordar que a los méritos de campaña de aquellos valerosos hijos Coatepec, nuestro pueblo debe su reconocimiento a Villa en 1848.

Desde el alto rasero de sus luces y por sus contribuciones a la reforma educativa del siglo XIX, debieran ser reconocidos: como "Hijo Adoptivo y Mentor Emérito de Coatepec” Dn. Carlos A. Carrillo, cordobés, quien conjuntamente con quien merecido debe llamarse “Hijo Predilecto de Coatepec” Dn. Antonio Matías Rebolledo, editor e impresor con su taller “El Album”, conjuntaron sus pasiones para impulsar la producción de libros y materiales pedagógicos, como las revistas “El Instructor de los Niños” y los primeros números de “La Reforma de la Escuela Elemental”, publicaciones ambas de un gran aporte a la formación docente de la época.

En términos similares, ya en el siglo XX debe recordarse como “Hijo Predilecto de Coatepec”  a Dn. Joaquín Rámirez Cabañas, periodista, literato, historiador y educador de la Escuela Nacional Preparatoria, cuya obra historiográfica de amplitud insospechada dejó los mejores cimientos del estudio moderno de la historia.

Singular reconocimiento merece la única y formal “Hija Predilecta de Coatepec” Maria Enriqueta Camarillo y Roa de Pereyra, resultando de la mayor conveniencia enaltecer su obra promoviendo la creación de un premio literario que se llamara “Galardón Maria Enriqueta, Gloria de las Letras” a ser otorgado por concurso entre los estudiosos de su obras de un lado y de otro, a nuevos valores literarios. Más aún, y para profunda motivación de la generaciones actuales, a todas las escuelas de la municipalidad debiera hacérseles solemne entrega del facsímil del Título de Hija Predilecta, mismo que le fuera otorgado en 1948 por mandato popular de su natal Coatepec.

Otra mención especial merece el “Hijo, Benefactor y Cronista Primordial de Coatepec” Párroco Dn. Antonio Mateo Rebolledo, quién en 1864, de primera mano en sus “Apuntes históricos y geográficos de la Villa de Coatepec”, relató orígenes y dimensionó orgulloso la prosperidad agrícola de su terruño, así como la felicidad que reflejaban sus pacíficos pobladores. Siendo además que su vida la consagró a multitud de obras materiales y espirituales con el entusiasta concurso de sus paisanos.

No menos importante resulta distinguir como “Cronistas Eméritos de Coatepec” a quienes con sus obras, vienen a conformar la “Bibliografía Fundamental de San Jerónimo Coatepec”, entre ellos: Lic. Dn. Darío Rebolledo por su publicación “Coatepec, Intelectual. Agrícola, Industrial y Comercial”, 1908 que describe la riqueza natural y potencial de esta tierra inscrita en la modernidad Porfirista de la época. Al Sr. Félix C. Sánchez por su cuadernillo “Apuntes de Coatepec”, 1927, edición doméstica y descripción costumbrista y rica en detalles del solar donde se fundó a San Jerónimo Coatepec.  En similar tenor debería reconocerse al  CPA. Silvano García Guiot quien dejó estupendas investigaciones biográficas como la de Juan Clímaco Rebolledo y su trabajo sobre las imprentas de Coatepec. Así mismo debiera otorgársele un trato reconocido a la  Maestra Soledad García Morales, por su espléndida publicación “Coatepec” Cuaderno No. 3 de la Serie Veracruz: Imágenes de su historia, 1989. Cuyos textos y selección cuidadosa de materiales e imágenes fotográficas del Archivo General del Estado dan cuenta de la nuestra tierra desde que fue erigida en Villa.

En este apartado de la cultura, llamado mayor merece quien debiera ser “Hijo Adoptivo y Cronista Emérito de Coatepec” Dn. Leonardo Pasquel, xalapeño de nacimiento, por su trabajo en la que hoy sigue siendo la más vasta enciclopedia, su “Revista Jarocha No. 18 dedicada al Ex -Cantón de Coatepec, precisamente publicada un 18 de abril de 1962, empresa donde sumó a  otros “Coatepecanos Ilustres”  como lo deben ser: Prof. José Moreno Guzmán a y el Pintor Enrique Gregorio Zoza,  además de, quién también debiera ser recordado como “Hijo Adoptivo y Benefactor de Coatepec”  Arq. Armando Bravo Ramírez. Paisanos todos a quienes el propio Pasquel cita de entrada para agradecer su entusiasmo y cooperación.

En abono a los méritos sobrados de Dn. Leonardo Pasquel, debe citarse su publicación del libro “Coatepec”, Colección Suma Veracruzana, Editorial Citaltepetl; mismo que reproduce el trabajo de Mateo Rebolledo, entre otras interesantes informaciones.

Como cívica propuesta a mis paisanos y con el corazón al frente les digo: bien valdría homenajear a estos “Coatepecanos Ilustres” promoviendo el acopio, exhibición y reproducción facsimilar de sus obras y registros; esto para incremento del tesoro de todos los hogares coatepecanos de hoy y obligado estudio de su valor y crecimiento.

Hay otros personajes de lejanas latitudes que se han maravillado de esta tierra y lo han prrgonado a los cuatro vientos: en gratitud merecen agregarse como “La Hermandad de Visitantes Ilustres de Coatepec”, como es el caso de Dn Manuel Payno, capitalino, célebre literato y político reformistas, que en 1843 dejó constancia en su correspondencia con Dn. Guillermo Prieto, al anotar:

“...Está decidido que todos los días reciba yo una nueva sorpresa, y un motivo de placer y emociones. Acabo de llegar a Coatepec y otros puntos cercanos, donde he vagado tres días lleno de felicidad. No creía yo que se necesitase tan poco trabajo para conocer el paraíso…”

En términos similares habría que referir al “Ilustre Visitante de Coatepec”, el Poeta Rubén Darío, nativo de la provincia de Matagalpa, Nicaragua, diplomático, periodista y celebrado poeta del Modernismo de inconmensurable valor, y que, siendo frustrado representante de su país a las Fiestas de Centenario de 1910, para nuestra fortuna nos ligó a su biografía con visita que entonces hiciera a Coatepec.

Queridos paisanos y amigos avecindados, RECONOCER Y HONRAR A TODOS NUESTROS “COATEPECANOS ILUSTRES” debe ser un primer paso para preservar el linaje de nuestra identidad y la riqueza de nuestra herencia cultural. Así, al restaurar su lustre, con mayor orgullo podremos reflejarnos en el justo valor de nuestra cotidianidad y gustosos compartirla a nuestros hijos, con México y al mundo entero.

Y aquí es preciso acotar que gracias a nuestros “Coatepecanos Ilustres”, y muy por encima, nuestro terruño siempre ha traspasado sus límites, haciendo de la  destacada presencia de ellos y sus obras en el mundo, nuestro motivo de orgullo. Así bien vale la pena considerar una política municipal para pulir ese brillo y, en su caso amacizarlo con el,  “Hermanamiento de Coatepec a otras Ciudades” siendo de iniciar con aquellas ciudades y pueblos, donde los hechos y obras de nuestros Coatepecanos Ilustres nos une e identifica.  De este modo los intercambios deberán consignarse en Solemne Acuerdo de Cabildo y siempre surgidos en los consensos populares convenientes; para que cada placa, calle, solar, sitio, monumento y museo, resultante nos signifique un diario y motivador encuentro con la gloria heredada.

A mayor abundamiento, es de estimarse que sea el rescate y honra de los méritos consignados en la crónica  municipal,  el puntal cultural para proyectar una nueva vocación de mutuo provecho socio-cultural y del desarrollo turístico del Coatepec actual en orden con el de mañana.

A manera de aclaración debe decirse que, por supuesto, la lista de “Coatepecanos Ilustres” y sus obras es mucho más rica y larga. Solo por mi ignorancia ésta se ha acotado a algunos personajes,  cuidando que sus méritos y el tiempo los han colocado en la gloria de manera indiscutible. Sin embargo, dicho sea en justicia, es precisos promover mayores estudios y consensos para lo que debiera ser un“Reglamento Municipal de Honores y Distinciones” que pudiera establecer tanto un rasero como un hilo conductor para apreciar la más objetiva valoración nuestros personajes y sus obras.

Ojala que sea esto y partir de hoy, una primaria tarea de todos los Coatepecanos.

Que sea para bien.

martes, 18 de marzo de 2008

Coatepecanos Ilustres (En construccion)



Este blog tiene el proposito de destacar la vida, trayectoria y obras ejemplares de los Coatepecanos Ilustres, procurando presentar y resaltar el cultivo de los mas altos valores que ellos contribuyeron a engrandecer.

Los ensayos que aqui se muestren son apenas una invitacion a honrar su memoria con la diaria tarea de formar y estimular la geniaidad y laboriosidad entre los coatepecanos de hoy.

Si los Coatepecanos Ilustres realizaron su obra en la dificultad de su espacio y tiempo, nosotros sus herederos de hoy tenemos el compromiso de hacer fructicar su legado ademas de festejar su memoria.